martes, 17 de marzo de 2015

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PROYECTO TECNOLÓGICO 
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NOTICIA

Pero, ¿realmente necesitamos móviles tan avanzados? Los 'dumbphones' resurgen

Sensor de luz y movimiento, sistema de seguimiento del rostro o identificación por huella. Los móviles son cada vez más sofisticados y parece que el segmento de los smartphones avanzados ha entrado en una carrera por dotar a sus dispositivos de nuevos avances que realmente no parece necesitar el usuario.
Sabíamos ya que los conocidos como dumbphones, o móviles tontos, lejos de hundirse en las ventas, estaban disfrutando de una notable salud, pero parece que el asunto no se queda en la anécdota. Japón es un mercado que va a la vanguardia mundial en lo que a telefonía móvil se refiere y atentos porque el retorno de este tipo de móviles, si es que alguna vez se fueron, está siendo por la puerta grande.

En el país asiático se registran ya crecimientos interanuales en ventas cercanos al 6%. No es un hecho aislado: un cada vez mayor número de usuarios está abandonando los sofisticados smartphones por móviles que llaman y poco más.
Pero, ¿qué se entiende exactamente por dumbphone? Se trata de un tipo de móvil que cuenta con un chasis en el que se comparte pantalla y teclado físico. Sí, se trata del formato que empleaba la generación anterior de móviles y que ahora miraríamos a caballo entre la nostalgia y la lástima. Sin embargo, estos pequeños irreductibles se han mantenido vivos con el paso de los años gracias a un fiel número de usuarios que ha sabido apreciar sus puntos fuertes.
Un teléfono tonto cuenta con básicamente tres argumentos de peso que los hacen insuperables: una batería que puede durar una semana entera, un precio de risa, y si se cae, aunque se parta en mil pedazos, se ensambla y vuelve a funcionar como si no hubiera pasado nada.
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Hablábamos antes de la lástima o condescendencia que sentían los ufanos propietarios del último grito de iPhone o Samsung al ver a un pobre diablo con un móvil, a sus ojos, antediluviano. Pero bien pensado, el dueño de unsmartphone moderno se ha podido dejar 800 euros en un equipo que tiene que cargar a diario (si es que esto realmente basta), y si se le cae pierde un 40% de lo invertido.

El dueño de un teléfono tonto habrá pagado poco menos de 50 euros, la batería le dura varios días con una sola carga y si por accidente se nos cae de las manos, un rasguño puede ser lo máximo que podamos lamentar. Y sí, uno puede pensar que un móvil avanzado hace mucho más que uno sencillo pero, ¿realmente esto es así? Al final, el grueso de los usuarios simplemente quiere llamar por teléfono y estar localizado, actualizar las redes sociales y pare de contar.